Escritor, poeta y presentador
España, un país que se tenía entendido que empezaba
a ser maduro en democracia
Después de 35 años, ahora nos empezamos a dar
cuenta que en realidad la democracia de la que todos los españoles nos
sentíamos orgullosos, solo fue un espejismo, otros dirían una falacia, otros
dirían que hemos estado viviendo en una mentira y algunos que murieron si
volvieran a vivir y vieran lo que queda de aquella ilusión después de haber
vivido bajo una dictadura sin duda desearían que se les devolviera al lugar
donde se les enterró.
España, ese país en el sur de Europa, rico, antes
industrialmente, con una riqueza agrícola inmensa y una ganadería muy por
encima de otras naciones de Europa ha dejado de ser lo que era. Hoy, y no
quiero ser un aguafiestas, no soy pesimista, soy realista y la realidad, es que
este país se ha convertido en un país SIN
FUTURO en todos los niveles; me equivoco, con futuro sí pero, tan solo para una
serie de casta privilegiada que va a sacar tajada para convertir este país en
uno más de los que conocemos como países del tercer mundo, todo porque ahora
empiezan a darse las condiciones para sacarle el mejor jugo posible a un coste
bajísimo a costa de los riñones del obrero que ha perdido absolutamente todos
sus derechos, con una reforma laboral, que ha echado por tierra lo que era el
tan querido estatuto de los trabajadores.
¿Qué es lo que nos ha sucedido a los españoles?
Mientras que otros países de Europa ya están saliendo de lo que se ha llamado
crisis y que todos sabemos que esta crisis ha sido una crisis inventada para
poder sentar unas bases: el poderoso tener más poder para así subyugar mejor a
la clase dominada, la votante, la pobre, la esperanzada en que aún queda gente
idónea y honrada, ilusos.
A este país lo podemos comparar a un hermoso árbol,
un árbol frondoso con mucho fruto, con ramas hermosas, estas ramas, cada una de
ellas son: las instituciones, la monarquía, un presidente de gobierno, los que
legislan, la justicia y dentro de la
misma, el ministerio de justicia, fiscalía del estado, el tribunal supremo, el
tribunal constitucional, cada ministerio con los respectivos directores,
subdirectores, secretarios, subsecretarios, asesores de ministros, de
directores, de subdirectores, sindicatos, partidos, iglesia, gobiernos
autonómicos con sus presidentes, consejeros, directores, subdirectores,
secretarios, subsecretarios, alcaldías y así un sinfín de ramas que penden de
este hermoso árbol.
A principios de la democracia en este país, España
era como ese árbol frondoso, hermoso, lleno de vida. Mirándolo en dos
fotografías veríamos una gran diferencia, el antes y hoy, el después.
Todas las ramas de ese árbol han sufrido tal
enfermedad, que ninguna da el fruto que se esperaba, las ramas están podridas,
se rompen, en casi 36 años, este árbol ha enfermado a tal grado, que ahora, aún
hay tiempo para una solución, quizás porque nunca llegó a podarse, con lo cual
necesita una poda. Es de todos conocido que para que siempre un árbol este en
buen estado de dar fruto se debe podar y esto es lo que no se ha hecho. Para
que un árbol esté libre de plagas también se sulfata a fin de prevenir según
qué plagas pueda influir en él y así evitar que muera. Este árbol metafórico
que es España y los “bichos” que en principio parecían indefensos han anidado
de tal forma que es casi imposible se les pueda eliminar aún con los mejores
productos químicos para sulfatarlo. A este árbol ya no vienen a cobijarse las
aves del campo, los ciudadanos, no solo tienen miedo, sino que también repudian
al árbol, se avergüenzan de él y viven en un constante desamparo.
Un personaje histórico hebreo describía esa clase
de “bichos”: “ ¡Han desaparecido del país los fieles, no queda un justo entre los
hombres! Todos acechan para verter sangre, el hermano a su hermano para
tenderle redes. Solo para el mal están prestas sus manos; el príncipe solicita,
el juez está atento a los presentes, el grande manifiesta la codicia de su alma
y juntos urden sus maquinaciones. Entre ellos el mejor es como una zarza, el
más justo como cerca de espinos”.
Para evitar su muerte, es menester ser conscientes
de que este país necesita un cambio, que nunca hubo.
Es menester
agudizar nuestra inteligencia para no ser seducidos ante falacias que
hoy por hoy son novedosas y llenas de falsas esperanzas.
Todo debe cambiar y el ciudadano es quien debe
elegir en un estado de derecho. Si los ciudadanos no son capaces de ser
selectivos a la hora de elegir, este país no cambiara. Los ciudadanos debemos
ser honestos para ser los primeros en tirar la primera piedra. ¿Por qué de los
algunos actuales políticos en el poder que están viendo agonizar este país no
han tirado esa primera piedra? Por que
quién esté libre de culpa sea quién la tire. Si nadie de esos algunos no la
lanza, es evidente que la honradez brilla por su ausencia.
Todos en este país necesitamos ser honrados,
nuestros hijos, nuestros nietos hablaran de ello, porque el futuro les
pertenece.
VEGUEROS S.M.