Ramón Mariscal i Parella

Ramón Mariscal i Parella
Escritor, Poeta y Presentador.-

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lunes, 24 de octubre de 2011

LOS NIÑOS YA NO JUEGAN EN LAS CALLES.-


Ramón Mariscal i Parella
Escritor, Poeta y Presentador
LOS NIÑOS YA NO JUEGAN EN LAS CALLES

Los niños ya no juegan en las calles,
Si te ven hablando con un niño, ¡cuidado es un pederasta secuestrador!
Si te ven hablando con un viejo a lo peor es que es un timador.
Si te ven hablando con una mujer, ¡cuidado  es un ligón!
Si das conversación te miran con desdén y admiración.
Si vas de buen ver ¡caramba este tiene un pastón!
Si vas de miserable, eres un don nadie.
Si vas de amable, ¡qué venderá este!
Si vas con la razón: ¡Habrase visto!
Si eres hombre de fe: “Este es un fanático”.
Si vas de justo: “Este es un moralista”.
Si vas de honrado: “Este es un gilipollas”.
Si vas de ladrón de guante blanco:
 “Si yo estuviera en su lugar haría lo mismo”.
¡Como han cambiado las cosas!
Los hijos maltratan a los padres.
En los armarios ya no se guarda la ropa;
 de ellos solo salen mariposas.
En las escuelas los alumnos enseñan.
Cada hijo es de distinta procedencia.
Cada padre tiene distintos hijos de distintas meretrices.
Si robas un jamón te falta poco para que te pongan al paredón.
Si robas 300 millones de un furgón
 sales en televisión,
 escribes un libro y te haces un famoso escritor.
Si dices verdades nadie te cree,
Si mientes, te dicen: ¡Qué inteligente!
Si te ven llorando: ¡Mira ese borracho!
Si te ven cantando: ¡Mira ese loco!
Si te ven riendo: ¡A este hay que joderlo!
El hombre es un animal irracional,
 los animales no razonan,
 sin embargo nos ayudan a razonar
 en la clase de personajes que nos hemos convertido,
 pero creemos que no nos pueden enseñar nada,
 por eso hacemos lo que nos da la gana.
Vida vana la nuestra.
Vida insana.
Vida cada vez más complicada.
La tozudez, la terquedad nos ha llevado a la tragedia y a la miseria humana.
¿Dónde está la reflexión?
¿Dónde está la razón?
Como una flor se ha marchitado nuestro corazón.
Nuestro destino
fluctúa como la suerte en la ruleta de un casino.
Nuestra vida está sumida en la tragedia
de unos cuantos que por desgracia nos la gobiernan.
Nuestra vida ha dejado de ser vida que se asfixia
En el humo de la hipocresía.
Dios todo lo ve, los satélites también.
¡Dónde estás oh libertad!
Te fuiste o no llegaste jamás.
Pasaste y no te vimos pasar.
O es que acaso fue un sueño que jamás se hizo realidad.
Sueño que algún día al pasear te pueda encontrar
Y de alegría te pueda abrazar y jamás te deje marchar
Te quedes conmigo y nos podamos acostar
sin quedarnos dormidos
Para así evitar que estoy soñando y comprobar
que no es  quimera, sino verdad.
Hace cuanto que no podemos pensar
Y que pensando otros siguen intoxicando.
Y que leyendo otros siguen mintiendo
Y otros desmintiendo.
Y que viendo no es lo que veo.
Porque lo que veo es fruto de mi subconsciente
Y yo feliz me conformo, soy un inocente.
La balanza se ha descalibrado, quien la calibrara
El juez que la calibrare ese buen  juez donde estará.
Cada juecillo tiene su librillo.
Y cada uno hace su jueguecillo.
Lo que veo es que cada día hay más pillos,
Más listillos, que con cara socarrona te
Miran  y te dicen: Es lo que hay
Vuelva mañana y veremos lo que se pueda hacer.
Y los días pasan y todos obvian quererte  ver.
Todos oyen y nadie escucha.
Todos miran y nadie ha visto.
Todos se compran y nadie se vende.
Hay mucho duende que se filtra
Por las paredes.
Que nunca duerme,
Que no descansa,
Que maquína para mermar la esperanza.
Que sus codos se pelan como el de una manzana.
Es la tarde y la noche llega.
El día se desespera para
Que los que no son ciegos vean.
Para los que no son mudos hablen y no las piedras.
Nuevo día y brota la buena hierba.
La mala se está quemando en la sierra,
En los valles ha dejado de haber miseria.
En las ciudades ha desaparecido la niebla.
Los niños cantan,
Las madres juegan,
Los padres riegan esa buena cosecha.
Nace una buena era.

De Ramón Mariscal Parella.
Todos los derechos de su obra.

 VEGUEROS S.M. Todos hemos sido niños en algún momento de nuestra vida.